Psicomotricidad
La psicomotricidad como agente terapéutico
La Psicomotricidad, consiste en una disciplina que “integra las interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensorio-motrices en la capacidad de ser y de expresarse en un contexto psicosocial. La psicomotricidad, así definida, desempeña un papel fundamental en el desarrollo armónico de la personalidad. Partiendo de esta concepción se desarrollan distintas formas de intervención psicomotriz que encuentran su aplicación, cualquiera que sea la edad, en los ámbitos preventivo, educativo, reeducativo y terapéutico. Estas prácticas psicomotrices han de conducir a la formación, a la titulación y al perfeccionamiento profesionales y constituir cada vez más el objeto de investigaciones científicas.”
Es decir, se trata de una disciplina que trata de ayudar a las personas a relacionarse de forma efectiva y autónoma con su contexto, entendiendo éste como contexto físico y social. Se trata de potenciar las distintas capacidades de las personas, a través del entreno de su motricidad, abarcando todos los aspectos que involucran a la misma: sensación, percepción, cognición, emoción y relación. Todo ello usando un enfoque científico, basado en la evidencia, y sentado sobre las bases de disciplinas biológicas y pedagógicas.
Hoy en día, los Psicomotricistas nos movemos en torno a dos modelos de intervención diferenciados, aunque también se puede dar un Enfoque Integrador combinando ambos. Los describimos a continuación:
Psicomotricidad Dirigida: la podemos definir como aquel enfoque mediante el cual se focaliza la intervención en los déficits detectados tras haber realizado una evaluación psicomotriz con pruebas estandarizadas. Es decir, se hace un diagnóstico psicomotriz de las áreas deficitarias, y se diseña un plan de intervención destinado a paliar las mismas. El Psicomotricista propone las actividades, y suelen ser sesiones individuales.
Psicomotricidad Vivenciada: es el enfoque mediante el cual se favorece el desarrollo de la persona mediante movimientos e interacciones libres dentro de la sala de psicomotricidad. La evaluación se desarrolla mediante la observación y registro de distintos parámetros psicomotrices. El Psicomotricista propone los espacios, pero su papel es de mediador, y las sesiones suelen ser grupales.
Los contenidos que se trabajan dentro de la sala de Psicomotricidad incluyen fundamentalmente:
Contenidos predominantemente motrices:
- Tonicidad muscular
- Relajación
- Equilibrio
- Lateralidad
- Respiración
- Esquema corporal
- Coordinación:
- Coordinación Dinámica General
- Coordinación Segmentaria
- Organización espacio-temporal:
- Organización Espacial
- Organización Temporal
- Motricidad fina
- Micromotricidad y Grafomotricidad
- Oromotricidad
- Contenidos relacionados:
- Sensoriales:
- Exteroceptivos
- Interoceptivos
- Perceptivo-Cognitivos:
- Percepción
- Atención
- Memoria
- Capacidades ejecutivas
- Emocionales y Sociales
- Autonomía
- Comunicación
Características del desarrollo psicomotor en Síndrome de Down.
Nociones introductorias.
Nociones introductorias.
Como idea fundamental, señalar que los bebés y niños con síndrome de Down suelen alcanzar los distintos hitos del desarrollo psicomotriz de forma más tardía que los niños sin discapacidad.
Esto se debe en gran parte a la hipotonía que existen en la gran mayoría de los casos. La hipotonía, como su propio nombre indica, consiste en la existencia de un tono muscular generalizado por debajo de lo esperado, que, además, unido a la laxitud ligamentosa, hace que tengan más dificultades en alcanzar las distintas etapas en el desarrollo psicomotor.
Desarrollo Psicomotor en Síndrome de Down.
Otras consideraciones importantes son que los reflejos arcaicos suelen estar disminuidos, y que los problemas cardiacos acentúan la hipotonía. Todo esto, lógicamente, afecta a la psicomotricidad general, y por ende a la autonomía de las personas.
Así que es importante realizar una estimulación temprana que evite que esta problemática vaya a más, o por lo menos, frenarla en la medida de lo posible. Todo va a depender de los objetivos terapéuticos programados en función del niño o adulto. Cada caso es único.
El Tono muscular en Síndrome de Down.
En el desarrollo psicomotriz, la globalidad es algo innegable. Todos los contenidos están entrelazados los unos con los otros, de tal forma que el trabajo de uno implica el trabajo, más o menos directo, de otro. Una vez dicho esto, señalar que el tono es el elemento básico sobre el que se asientan los demás contenidos. Si el tono falla, construir aprendizajes efectivos sobre el resto de áreas, que generalmente van a ser más complejos, va a resultar complicado.
El tono es según Berruezo (2000), “un estado permanente de ligera contracción en que se encuentran los músculos estriados, cuya finalidad es la de servir de telón de fondo a las actividades motrices y posturales”. No es este autor el primero que pone de manifiesto la importancia de mantener un correcto tono muscular para favorecer un adecuado desarrollo. Wallon (1942), destaca la importancia de las emociones y el tono muscular.
El tono, como hemos señalado, es un estado de ligera contracción, sin embargo, esta contracción no tiene una intensidad constante, sino que es variable en funciones de factores intrínsecos y extrínsecos. Para un correcto rendimiento psicomotriz, esta contracción ha de ser armónica y estar con consonancia con dichos factores.
Podemos clasificar el tono en dos tipos:
Tono de actitud: relacionado con los gestos que se manifiestan en la relación con el exterior, tanto con personas como objetos. Influye y dibuja en el comportamiento de las personas.
Tono de sostén: relacionado con el mantenimiento correcto de la posición erecta y de las distintas posturas. Permite ejecutar una acción y mantener una posición.
Propuestas de Intervención.
La propuesta de actividades de intervención, lógicamente debe estar en consonancia con los objetivos del tratamiento, y ser adecuada en función de las características de la persona. Puede ser que un ejercicio o actividad que haya sido muy positiva en un niño, no lo sea en otro. No existen recetas milagrosas.
Una vez hecha esta precisión, presentamos una serie de actividades que pueden servir de referencia o punto de partida a la hora de intervenir con estos niños:
Actividades Sensorio-motoras.
Siempre han de ser actividades diversidad y significativas para la persona. No se puede olvidar que se está realizando una actividad psicomotriz, y no podemos dejar de lado aspectos como la cognición, la comunicación o las emociones, ya que todas integran a la persona.
En colchonetas: haciendo actividades de lucha, bailando, girando, etc.
Con diversos circuitos y materiales: con trepas, reptas, subir por cuerdas, etc.
Trabajando actividades motrices básicas: equilibrio en plataformas, juegos de saltar en un trampolín, agarrarse a la espaldera jugando a una actividad de pillar, deslizándose en un patinete, etc.
Algunas de las técnicas a usar para el trabajo de la hipotonía son los ambientes de aprendizaje y los cuentos motores, potenciando el trabajo de tono.
Ejercicios en balón Bobath o Fitball.
El uso de estos balones está muy generalizado para tratar los patrones del tono en general. A la hora de buscar ejercicios para trabajar la hipotonía nos encontramos con muchas alternativas para hacerlos atractivos para los más pequeños. Nunca debemos olvidar lo importante que es la motivación para ayudar a los niños a interiorizar la actividad.
Variantes como:
Usar pelotas de distintos tamaños y formas: gigantes, grandes o medianas, tipo roll (más estrechas en la parte central)
Usar distintos elementos: soportes, planos inclinados, colchonetas, etc.
En diversas posturas: decúbito prono, decúbito supino o sentado
Algunas actividades pueden ser:
Trabajar en el pupitre, pero sentado sobre la pelota
Sentados, saltar sobre la pelota cantando una canción
- En decúbito prono, “hacer el avión” intentando no caerse de la pelota
- En decúbito prono, “hacer un terremoto”, moviendo la pelota para que el niño intente no caerse
- Deslizarse sobre la pelota, “haciendo la serpiente”, y trabajando así el tono de los brazos, ya que tienen que sacar los brazos hacia delante para no caerse
Ejercicios con banda Thera-band.
El Thera-band es una banda elástica para hacer trabajo muscular. Existen de distintos colores en función de su resistencia. Usaremos las bandas con resistencia muy suave. Siempre de forma jugada.
Actividades Acuáticas.
El medio acuático es sumamente positivo para el trabajo del tono en general. Un programa temprano que incluya terapias acuáticas es tremendamente positivo, siempre que no haya ninguna circunstancia que lo contraindique.
En los primeros meses se puede y se debe potenciar un baño terapéutico en la misma bañera de casa, realizando distintos ejercicios y actividades, y fomentando el contacto del niño con la madre y sus allegados, así como el uso de juguetes que hagan del baño un momento divertido.
Estimulación Sensorial.
La estimulación de los sentidos, tanto exteroceptivos como interoceptivos también es positiva a la hora de trabajar con hipotonía. La experimentación de sensaciones auditivas, visuales, olfativas, táctiles, cinestésicas o propioceptivas pueden ayudarnos a potenciar el tono muscular.
Éstas van a ayudar a potenciar el tono, que a su vez forma parte del esquema corporal.
Nótese que las actividades anteriormente descritas se enmarcan dentro del anteriormente descrito como todo de sostén. Para introducir el trabajo de tono emocional, debemos buscar un componente emocional a la tarea en función de la persona: actividades de pillar, componente cooperativo o competitivo, etc.
Conclusiones.
El bajo tono muscular suele ser un problema importante en las personas con síndrome de Down. En edades tempranas se traduce en un retraso significativo de las adquisiciones psicomotrices; en edades más tardías, se puede manifestar con cierta torpeza en las habilidades motrices gruesas y finas. Lógicamente, son muchos más los factores que influyen en el rendimiento psicomotriz de una persona, pero el tono tiene un papel fundamental en el mismo.
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