BASES MOLECULARES DE LAS ACCIONES DE LA INSULINA.
Jesús Alberto Olivares Reyes y Araceli Arellano Plancart.
RESUMEN.
La insulina es una hormona liberada por las células beta pancreáticas en respuesta a niveles elevados de nutrientes en sangre, controlando funciones energéticas críticas como el metabolismo de la glucosa y de lípidos. Cuando la insulina se une a su receptor, éste desencadena múltiples vías de señalización que median sus acciones biológicas. La incapacidad de las células blanco de responder a la insulina, debido presumiblemente a defectos en su señalización, estado conocido como resistencia a la insulina, es una de las principales características de manifestaciones patológicas asociadas con la Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2), una de las primeras causas de muerte a nivel mundial. El objetivo de la presente revisión es dilucidar las bases moleculares de las acciones de la insulina y de los mecanismos involucrados en regular sus efectos. El comprender estos mecanismos permitirá dilucidar cuales son las causas asociadas con el desarrollo de la resistencia a la insulina y la DM2.
INTRODUCCIÓN.
El apropiado almacenamiento y liberación de energía durante los estados de alimentación y de ayuno son esenciales para la sobrevivencia y son controlados principalmente por la acción de la insulina. La insulina es una hormona peptídica de 5.8 KDa, y es secretada por las células β en los islotes pancreáticos de Langerhans en respuesta a niveles elevados de nutrientes en la sangre. Su principal función es la de mantener la concentración de glucosa en sangre en un rango normal, entre 80-105 mg/dl en estado de ayuno, favoreciendo la entrada y almacenamiento de estos nutrientes en los músculos y tejido adiposo, en el hígado se favorece su almacenamiento y se inhibe su producción. Además, regula el metabolismo de los carbohidratos, lípidos y proteínas y promueve la división y el crecimiento celular a través de sus efectos mitogénicos. Las acciones de la insulina son mediadas por cascadas de señalización intracelular, en las cuales la fosforilación inicial del receptor en residuos de tirosina (Tyr) conduciendo a una Serie de eventos de fosforilación/ desfosforilación de cinasas de Tyr y serina/treonina (Ser/Thr). Estas cinasas son las responsables de transmitir la señal de la insulina para la regulación de eventos metabólicos dentro de la célula.
RECEPTOR DE INSULINA.
La insulina inicia sus acciones biológicas por su unión a receptores específicos localizados en la membrana celular. El receptor de insulina (IR) es una glucoproteína que pertenece a la familia de receptores para factores de crecimiento con actividad intrínseca de cinasas de Tyr (RTK's), los cuales al ser estimulados por su ligando se autofosforilan en residuos de Tyr. El IR es un heterotetrámero compuesto por dos subunidades α y dos subunidades β unidas por puentes disulfuro. Las subunidades α se encuentran localizadas en el exterior de la membrana plasmática y contienen sitios de unión a la insulina, mientras que las subunidades β tienen una porción extracelular, una transmembranal y una porción intracelular en donde se localiza el dominio con actividad de cinasa de Tyr. En la región intracelular se han identificado tres regiones estructurales que incluyen:
1) región yuxtamembranal intracelular, que parece ser importante en la transmisión de la señal y en donde se localizan las tirosinas Tyr965 y Tyr972 (4).
2) región reguladora en donde se encuentran las tirosinas Tyr1158, Tyr1162 y Tyr1163. La autofosforilación de estos tres residuos aumenta de 10 a 20 veces la actividad de cinasa del receptor.
3) región con sitios de fosforilación en el extremo carboxilo terminal (Tyr1328, Tyr1334) que al parecer puede jugar un importante papel regulador, pero no en la señalización del receptor (Fig. 1). En condiciones de no estímulo, las subunidades α ejercen un papel regulador sobre las subunidades β, inhibiendo la capacidad del receptor para autofosforilarse. Después de que la insulina se une a su receptor, las subunidades α sufren cambios conformacionales que permiten que las subunidades β se activen y sean capaces de autofosforilarse en residuos de Tyr. El mecanismo de autofosforilación al parecer se da por procesos de cis- y trans- autofosforilación mediante las cuales ciertos residuos son fosforilados por la actividad de fosfotransferasa de la misma subunidad β (cis-), mientras que otros son substrato de la actividad de cinasa de la subunidad β opuesta (trans-). Además, estudios recientes han reportado que se requiere de al menos 7 sitios de fosforilación en Tyr en el IR y de la actividad enzimática de cinasa de Tyr para el apropiado funcionamiento del receptor.
figura 1. Estructura del Receptor de Insulina: dominios funcionales del receptor. El IR es un heterotetrámero que consiste de dos subunidades α extracelulares unidas a dos subunidades β por puentes disulfuro. Las subunidades α contienen las regiones de unión a insulina α1IR y α2IR en adición a una región rica en cisteinas (Cys). La subunidad β contiene una porción extracelular, una transmembranal y una intracelular. En su porción intracelular se localiza un dominio catalítico de cinasa de tirosina con un sitio de unión a ATP y sitios de fosforilación en tirosina que se localizan en las regiones juxtamembranal (Tyr965, Tyr972), asa de activación (Tyr1158, Tyr1162, Tyr1163) y carboxilo terminal (Tyr1328, Tyr1334).
VIAS DE SEÑALIZACIÓN DE LA INSULINA. Una vez que la insulina interacciona con su receptor y éste es activado, se inicia el encendido de cascadas de señalización que dependen de un orquestado número de interacciones proteicas. Dos vías principales de transducción son activadas por acción de la insulina: la vía de la fosfatidilinositol 3-cinasa (PI3K) y la vía de las cinasas activadas por mitógenos (MAP cinasas). Ambas vías regulan la mayoría de las acciones de la insulina asociadas a la regulación del metabolismo energético, de la expresión genética y de efectos mitogénicos.
a) Vía de señalización de las MAP cinasas. Los efectos de la insulina en la regulación de la síntesis de proteínas son mediados principalmente a través de la activación de la vía de señalización de las MAP cinasas (Fig. 2). La fosforilación en residuos de Tyr del dominio citoplasmático del IR, promueve la asociación de la proteína Shc, la cual une al complejo Grb2/ SOS; SOS es un factor recambiador de nucleótidos de guanina (GEF), capaz de activar a Ras. La activación de Ras (GTP-Ras) inicia el encendido de la cascada de las MAP cinasas. GTP-Ras se une y activa a Raf-1 que subsecuentemente lleva a la fosforilación y activación de la vía, que involucra el reclutamiento y activación de MEK (también llamada cinasa de MAP cinasa) y de las ERK1 (cinasa regulada extracelularmente 1) y ERK2. Alternativamente a esta vía de señalización que lleva a la activación de las ERK1 y ERK2 (conocidas genéricamente como MAP cinasas), la insulina es capaz de activar a estas proteínas por una vía independiente de Shc, pero que depende de la activación del IRS (sustrato del receptor de insulina). Una vez activo IRS, une al complejo Grb2/ SOS y a partir de este punto la secuencia de activación de proteínas es la misma que se describió para Shc (Fig. 2). Las MAP cinasas tienen una amplia gama de sustratos potenciales, incluyendo factores de transcripción y otras cinasas, que participan principalmente en la regulación de la expresión genética en tejidos sensibles a la insulina pero no en la regulación del transporte de glucosa.
figura 2. Activación de la vía de las MAPK por acción de la insulina. La insulina activa la vía de las MAPK a través de dos mecanismos: en el primero, la activación del IR promueve la asociación de la proteína Shc, la cual une al complejo Grb2/SOS; SOS activa a Ras, la cual inicia el encendido de la cascada de las MAPK. GTP-Ras une y activa a Raf-1 que subsecuentemente lleva a la fosforilación y activación de MEK y de las ERK1/2. Alternativamente existe una vía independiente de Shc pero dependiente de la activación del IRS por la que la insulina es capaz de activar a las MAPKs. En esta, una vez activo IRS, une al complejo Grb2/SOS y a partir de este punto la secuencia de activación de proteínas es la misma que se describió para Shc.
b) Vía de señalización de la PI3K. La vía de la PI3K es el principal mecanismo por el que la insulina ejerce sus funciones en el metabolismo de la glucosa y de lípidos. La transducción de señales a través de la vía de PI3K se esquematiza en la figura 3 y se inicia cuando el receptor activo y autofosforilado, interacciona con IRS y lo fosforila. Las proteínas IRS contienen un dominio amino-terminal de homología a pleckstrina (dominio PH) altamente conservado, seguido por un dominio de unión a fosfotirosinas (PTB), que en conjunto permiten el acoplamiento de IRS al IR activo. Adicionalmente, los IRSs contienen entre 8 y 18 sitios potenciales de fosforilación (en función del tipo de IRS, de los cuales se conocen 4 isoformas, IRS-1 a IRS4), que al ser fosforilados por el IR, se convierten en sitios de unión y activación de proteínas que contienen dominios SH2 (de homología al dominio 2 de la proteína Src), muchas de las cuales funcionan como proteínas adaptadoras, como es el caso de PI3K, Grb2 (proteína 2 unida al receptor del factor de crecimiento), Crk II, SHP-2 (proteína tirosina fosfatasa con homología a Src), entre muchas otras (6). A pesar de que existen 4 isoformas de IRS, al parecer la que está involucrada en el transporte de glucosa a las células es la isoforma 1, por lo que en adelante se hará referencia principalmente a esta isoforma. Las PI3Ks, son heterodímeros que constan de una subunidad reguladora (p85α, p55α, p50α, p85β ó p55PIK) y de una subunidad catalítica (p110α, p110β ó p110δ). Las subunidades reguladoras son proteínas adaptadoras que contienen dos dominios SH2, los cuales permiten su unión a las proteínas IRS-1. La interacción entre ambas proteínas provoca cambios alostéricos en la conformación de la subunidad reguladora dando por resultado la activación de la subunidad catalítica de PI3K. A consecuencia de ello, p110 se localiza cerca de la membrana plasmática en donde tiene acceso a sus sustratos PI4-P (fosfatidilinositol 4-fosfato) y PI4,5-P2 (fosfatidilinositol 4,5-bisfosfato), los cuales son fosforilados en la posición 3 del inositol, generando los productos PIP2 (PI3,4-bisfosfato) y PIP3 (PI3,4,5- trisfosfato), respectivamente (Fig. 3). El PIP3 sirve como sitio de unión para cinasas de Ser como PDK1 (cinasa dependiente de fosfoinositidos-1), y Akt o proteína cinasa B (PKB) (7).
Figura 3. Activación de la vía de la PI3K/Akt por la insulina. Esta vía representa el principal mecanismo por el que la insulina ejerce sus funciones en el metabolismo. El IR activo y autofosforilado, activa a IRS la cual contiene varios sitios de fosforilación en residuos de Tyr (Y) que al ser fosforilados por el IR, se convierten en sitios de unión y activación de proteínas que contienen dominios SH2 como PI3K. La PI3K consta de una subunidad reguladora (p85) y de una subunidad catalítica (p110). La interacción entre p85/IRS-1 da por resultado la activación de p110 y a consecuencia de ello, p110 tiene acceso a su sustrato PI(4,5)P2 , el cual es fosforilado en la posición 3 del inositol, generando PI(3,4,5)P3 , que sirve como sitio de unión para cinasas de Ser como PDK1 y Akt. El complejo proteico PDK2 activa a Akt, induciendo una primera fosforilación en la Ser473 que es seguida por una fosforilación en la Thr308, esta última inducida por PDK1. Akt regula varios de los efectos metabólicos de la insulina a través de regular la activación de diferentes sustratos que propagan la respuesta, como mTor, FOXO, GSK3 y caspasa 9
En el caso de la cinasa Akt, después de su reclutamiento a la membrana plasmática es fosforilada en dos residuos, la Ser473 y la Thr308. La fosforilación en la Ser473 ocurre primero por acción del complejo proteico mTor/Rictor, también conocido como PDK2. Esta fosforilación parece promover la interacción entre el motivo hidrofóbico del carboxilo terminal de Akt y la cinasa PDK1 que la fosforila en la Thr308; estas dos fosforilaciones son importantes para que Akt se active completamente (8). Existen tres isoformas de Akt (Akt1-3), de las cuales, la isoforma 2 parece ser la que juega un papel importante en la incorporación de glucosa inducida por la insulina. La enzima Akt regula varios de los efectos metabólicos de la insulina a través de la fosforilación de una lista creciente de sustratos que propagan la respuesta de la insulina, incluyendo a la enzima glucógeno sintasa (GS), a la glucógeno sintasa cinasa 3 (GSK3), a la sintasa de oxido nítrico inducible (iNOS), a la fosfofructocinasa 2 (PFK2), a la proteína de unión al elemento de respuesta al AMP cíclico (factor de transcripción CREB), a la molécula blanco de la rapamicina en mamíferos (mTOR), a la caspasa 9 y a la proteína antiapoptótica antagonista de Bcl2 (BAD) (Fig. 3) (3). Entre estos destaca la fosforilación e inactivación de la enzima GSK3 (3, 7), una cinasa que en condiciones de no estímulo inhibe a la glucógeno sintasa; la inhibición de GSK3 por Akt favorece
la activación de la glucógeno sintasa
y el aumento en la síntesis de
glucógeno (6).
La cascada de la PI3K incluye a
otras cinasas de Ser que median la
respuesta de la insulina, incluyendo a
mTOR la cual regula la síntesis
proteica a través de las vías de
p70S6K/S6 y 4EBP1/eIF4 (6, 7).
figura 4. Regulación del transporte de glucosa por la insulina. La insulina promueve la translocación del transportador GLUT4 de compartimentos intracelulares a la membrana plasmática. La proteína AS160 en su estado no fosforilado y activo regula negativamente a las proteínas G pequeñas Rab, las cuales participan en el tráfico vesicular de GLUT4. AS160 estimula la hidrólisis del GTP unido a las Rab (generando Rab-GDP, inactivo) e inhibiendo el tráfico vesicular. Cuando AS160 es fosforilada por Akt se inhibe, por lo que se incrementa el tráfico-dependiente de Rab-GTP (activo) de GLUT4 a la membrana plasmática. Por otra parte, PDK1 induce también la fosforilación de sitios críticos en el asa de activación de dos formas atípicas de la PKC (PKCλ/ξ), que contribuyen de manera significativa a la translocación de GLUT4 inducida por la insulina. Recientemente se describió un modelo alternativo independiente de PI3K/PDK1/Akt, mediante el cual la unión de insulina a su receptor activa la proteína G pequeña TC10 vía el complejo APS/CAP/Cbl. TC10 participa en la activación de las PKC-λ/ξ que produce la translocación de GLUT4.
REGULACIÓN DEL TRANSPORTE DE GLUCOSA
Quizás uno de los mecanismos de
acción de la insulina más estudiado y
aun poco comprendido es el relacionado
a la regulación del transporte de glucosa en células adiposas y musculares. La
insulina promueve la translocación del
transportador de glucosa GLUT4 de
compartimentos intracelulares a la
membrana plasmática, por una vía que
depende de la activación de PI3K y
de la cinasa Akt (8). Evidencias
recientes indican que el tráfico de
GLUT4 a la membrana plasmática
depende de varios mecanismos entre
los que se encuentra la participación
de la AS160 (la cual contiene un
dominio Rab/GAP). AS160 (sustrato
de Akt de 160 KDa) es una proteína
que en su estado no fosforilado y
activo regula negativamente la
actividad de las proteínas G pequeñas Rab, las cuales participan en el tráfico
vesicular de GLUT4, inhibiendo la
exocitosis basal del transportador.
AS160 es sustrato de Akt, y cuando
es fosforilada por Akt, AS160 se
inhibe, por lo que se incrementa el
tráfico-dependiente de Rab del
transportador GLUT4 a la membrana
plasmática (Fig. 4) (8).
En años recientes fue descrita en
adipocitos una vía de transporte de
glucosa independiente de PI3K, e
involucra a la proteína Cbl y a las
proteínas adaptadoras APS y CAP. La
formación de un complejo proteico
entre APS/CAP/Cbl, permite la
fosforilación de ésta última proteína Por el IR. El complejo CAP/Cbl
fosforilado se disocia del IR y a través
de CAP interactúa con la flotilina en
microdominios de la membrana
plasmática conocidos como balsas
lipídicas (lipid rafts), en donde Cbl
recluta al complejo proteico CrkII-C3G.
C3G activa a la proteína TC10, proteína
G pequeña, miembro de la familia de
Rho, la cual al parecer lleva a la
translocación de GLUT4 (Fig. 4) (1, 8).
Por otra parte, la activación de las
PKCs atípicas λ y ζ inducida por la
insulina también las involucra en
favorecer el transporte de glucosa
inducido por la insulina. Se ha descrito
que la activación de PKC- λ/ζ podría
darse río abajo de PI3K y de TC10, es
decir, podrían ser proteínas en donde
convergen ambas vías de señalización
involucradas en el trasporte de
glucosa. Por un lado, se ha sugerido
que ambas PKCs pueden asociarse con
PDK1 cuando ésta se ancla al PIP3
generado por la acción de PI3K,
induciendo la fosforilación en los
residuos de Thr402/Thr410 en el asa de
activación de PKC. Por otra parte,
cuando TC10 es activado interacciona
con el complejo PKC atípica/Par6/
Par3, lo que induce el reclutamiento
de ambas PKCs en la membrana
plasmática donde son activadas (9).
Par3/Par6 son dos proteínas de
andamiaje recientemente descritas
como proteínas que interaccionan con
PKC-λ/ζ, y que en complejo
participan en mediar varias de las
funciones celulares de la PKC.
Finalmente, podemos decir que
independientemente de la vía que lleve
a la activación de PKC-λ/ζ, ambas
contribuyen de manera significativa a
la translocación de GLUT4 inducida
por la insulina (Fig. 4) (8, 9).
MECANISMOS DE REGULACION
DE LA SEÑAL DE INSULINA
La duración y extensión de las señales
inducidas por acción de la insulina son
altamente reguladas para promover el adecuado funcionamiento metabólico, el
balance energético y el mantenimiento
del peso corporal. El control de las
acciones de la insulina se lleva a cabo
gracias a mecanismos muy finos de
autorregulación (desensibilización
homóloga), en donde enzimas de la
misma vía que fueron activadas por
acción de la insulina inhiben la
actividad de proteínas claves de la
señalización, como lo son el IR o sus
sustratos IRS. Alternativamente,
señales de vías no relacionadas a la
de la insulina pueden inhibir su
señalización a través de mecanismos
de desensibilización heteróloga. De
esta forma, tanto el IR como su
principal sustrato, el IRS, se
encuentran sujetos a una combinación
de mecanismos de desensibilización
homóloga y heteróloga. A continuación
se describen los principales puntos de
regulación a nivel del IR y de IRS por
acción de la insulina (Fig. 5).
a) Regulación a nivel del IR
Endocitosis.
Figura 5. Mecanismos de regulación de la señal de insulina. Las acciones de la insulina son moduladas a través de diferentes mecanismos entre los que destacan: a) la endocitosis y reciclamiento de los receptores, que controlan su degradación y número en la membrana celular; b) la acción de proteínas con actividad de fosfatasa de tirosina (PTPs), que desfosforilan residuos de proteínas clave de la señalización de la insulina como el IRS y su propio receptor, y c) la fosforilación en residuos de Ser/Thr del IR y del IRS. Estos mecanismos regulan la señal de la insulina a nivel del receptor o de proteínas río abajo de éste, alterando su actividad, desacoplando la formación de complejos proteicos y regulando su número y localización celular.
Una vez que la insulina
se une con el IR, el complejo insulinareceptor es internalizado hacia los
endosomas primarios, principalmente
mediante su inclusión en vesículas
recubiertas de clatrina, en donde el IR
permanece activo y completamente
fosforilado. El pH ácido de los
endosomas induce la disociación de
la insulina del IR; una vez que la
insulina se disocia, ésta es degradada
por acción de la enzima insulinasa
ácida endosomal y el IR es reciclado
a la membrana celular. Sin embargo,
en condiciones de estimulación
prolongada con niveles saturantes de
insulina, el IR es transportado a los
lisosomas para su degradación. De
esta forma la internalización, el
reciclamiento y la degradación del IR
determinan el número de receptores
presentes en la superficie celular
disponibles para la unión de la
insulina. Aunque la internalización del
IR juega un papel crucial en la atenuación de los efectos de la
insulina, también se ha sugerido que
es importante en la activación de Shc
y la vía de las MAP cinasas (Fig. 5).
Este fino mecanismo de regulación del
número y de la activación del IR en la
membrana plasmática es crucial para
determinar la sensibilidad celular a la
insulina, no únicamente en condiciones fisiológicas sino también en
condiciones patológicas incluyendo a
la resistencia a la insulina (10).
Acción de Proteínas fosfatasas de
Tyr. Se ha postulado que el grado de
activación del IR está determinado por
acciones opuestas a su fosforilación
en residuos de Tyr. Un mecanismo de
regulación de la señal de insulina que
actualmente es sujeto de un gran
número de estudios, involucra la
desfosforilación de residuos claves de
Tyr en el asa de activación del receptor
por la activación de proteínas
fosfatasas de Tyr (PTPs) (Fig. 5). Las
PTPs se clasifican en dos categorías:
PTPs citosólicas y PTPs de membrana
y ambos grupos han sido identificados
como reguladores de la actividad del
IR. Con respecto a las PTPs
localizadas en la membrana PTP-α,
PTP-ε y LAR al parecer juegan un
papel importante en la regulación de
la fosforilación del IR. En particular
se ha observado que LAR (fosfatasa
relacionada al antígeno común de
leucocito) interactúa con el IR y lo
desfosforila. Sin embargo, las
evidencias experimentales más
importantes de la participación de las
PTPs en la regulación de las acciones
de la insulina provienen de estudios
realizados con PTPs citosólicas,
principalmente con la PTP-1B y SHP2. PTP-1B no únicamente disminuye
la señal de la insulina cuando ésta es
sobre expresada, sino también se
asocia al IR en células intactas, lo que
sugiere que puede funcionar como un
regulador de las acciones de la insulina
in vivo. De manera interesante, la
eliminación del gen de PTP-1B en ratones (ratones "knockout") muestra
un aumento en la sensibilidad a la
insulina relacionado a un incremento
en el estado de fosforilación en
residuos de Tyr del receptor.
Adicionalmente, se ha observado que
la desfosforilación del IR por esta
fosfatasa induce una disminución en
la incorporación de glucosa en tejido
muscular y adiposo y alteraciones a
nivel metabólico. De esta forma, la
inhibición de la PTP-1B resulta ser un
atractivo blanco para el diseño de
drogas que incrementen la sensibilidad
a la insulina (11).
Otra PTP citoplásmica de interés
es SHP-2, la cual contiene dos
dominios SH2 que le permiten
asociarse a diferentes proteínas durante la señalización de la insulina.
Sin embargo, el papel de SHP-2 en la
regulación de las acciones de la
insulina parece ser diferente en
comparación con PTP-1B, ya que
diferentes estudios han dado evidencia
de que SHP-2 puede tener efectos
reguladores positivos y negativos en
las acciones de la insulina. En el caso
de los efectos negativos, se ha
encontrado que SHP-2 se une al IR y
a la proteína IRS-1 y que esta unión
lleva a la inactivación por
desfosforilación de ambas proteínas.
Sin embargo, también existen
evidencias que involucran a SHP-2
como un regulador positivo en la vía
de Ras/MAPK. Estos resultados dan
evidencia de la necesidad de más estudios sobre el papel de las PTPs
como reguladores de las acciones de
la insulina (11).
Fosforilación en residuos de Ser/
Thr. La fosforilación en residuos de
Ser/Thr ocurre en respuesta a la
insulina como un mecanismo que
modula su señalización intracelular
(Fig. 5). Existe evidencia de que un
aumento en la fosforilación del IR en
residuos de Ser/Thr altera su
autofosforilación en respuesta a la
insulina. Diversos estudios han
demostrado la participación de la PKC
como cinasa clave en la regulación de
la actividad del IR, ya que media su
fosforilación en las regiones
yuxtamembranal (residuos Ser967 y
Ser968), catalítica (residuos Ser1006, Ser1035 y Ser1037) y carboxilo terminal
(residuos Ser1288, Ser1305, Ser1306,
Ser1321, Ser1327 y Thr1348) (4). Aunque
no es claro el papel de la fosforilación
de cada uno de estos residuos en el
estado de autosfosforilación del IR o
en su actividad de cinasa, varios de
estos sitios se encuentran en cercana
proximidad a los sitios de autofosforilación del IR o se encuentran
dentro del sitio catalítico y podrían,
por tanto, alterar la conformación del
IR o el acceso a residuos de Tyr clave
en su activación (5, 12).
b) Regulación a nivel del IRS
Fosforilación en residuos de Ser/Thr.
Después del estímulo con insulina, el
IRS-1 se fosforila de manera notable,
no únicamente en residuos de Tyr sino
también en residuos de Ser/Thr (Fig.
5). De un total de 232 residuos de Ser/
Thr presentes en IRS-1, a la fecha se
han identificado alrededor de 70
residuos como sitios potenciales de
fosforilación para diferentes cinasas
(conocidas como cinasas de IRS).
Actualmente se sabe que, en la
mayoría de los casos, la fosforilación
de estos residuos está implicada en
mecanismos de atenuación de la señal
de insulina que desacopla la unión del
IRS de proteínas efectoras de la vía
de insulina como lo es la PI3K (13,
14).
La fosforilación en residuos de Ser/
Thr de IRS puede llevarlo a: a)
desacoplarse del IR lo que altera su
capacidad de experimentar fosforilación
en residuos de Tyr; b) su disociación de
complejos intracelulares que lo
mantienen en cercanía con el IR; c)
su degradación o bien, d) convertirlas
en proteínas inhibidoras de la
actividad de cinasa del IR (13, 14).
Estudios recientes han identificado
varios residuos de Ser/Thr como
blancos potenciales de fosforilación
de cinasas de IRS que afectan su
activación. Entre ellos se encuentran
la Ser307, fosforilada por la cinasa del N-terminal de c-Jun (JNK) y por
mTOR; la Ser794, fosforilada por la
cinasa inducible por sal-2 (SIK-2); la
Ser616, fosforilada por ERK y mTOR;
la Ser636, fosforilada por ERK y
mTOR/S6K1; la Ser323 fosforilada por
PKCζ, y la Ser1101, fosforilada por
PKCθ. En todos los casos, la insulina
lleva a la activación de las cinasas
mencionadas, resultando en la
disminución de la señalización (7, 12-
14).
Modulación por interacción con
proteínas SOCS. Recientemente se ha
demostrado que la familia de proteínas
supresoras de proteínas de
señalización de citocinas (SOCS)
juega un papel importante en regular
negativamente la activación del IRS,
ya sea por interacciones directas o
indirectas. Se ha demostrado que su
expresión es inducida por el
tratamiento con la insulina en varios
tejidos y líneas celulares. Cuando se
induce la síntesis de las proteínas
SOCS estas son capaces de asociarse
con las proteínas IRS, alterando su
estructura y su unión tanto al IR como
a proteínas efectoras como lo es la
PI3K. Además, se ha observado que
la asociación de SOCS con IRS
promueve su degradación y disminución en el número de células (5).
c) Mecanismos de regulación río
abajo de IRS.
Las fosfatasas de lípidos que
desfosforilan los productos de la
activación de PI3K están involucradas
en la regulación de la vía de insulina
río abajo de IRS. Entre estas se
encuentran SHIP-2 (inositol fosfatasa
con dominio SH2), y PTEN (fosfatasa
y homólogo de tensina removido en
el cromosoma 10), proteínas fosfatasas
que inducen la desfosforilación del PIP3
en las posiciones 5' y 3', respectivamente,
generando fosfatidilinositol 3,4 bisfosfato, y fosfatidilinositol 4,5 bisfosfato.
Al parecer, estas desfosforilaciones en
los lípidos de la membrana tienen Efectos biológicos diferentes. Por
ejemplo, PTEN parece funcionar
como supresor de tumores ya que se
ha observado que mutaciones en esta
enzima llevan a síndromes neoplásicos
sin tener efectos metabólicos. Sin
embargo, en el ratón "knockout" de
SHIP-2 hay un incremento en la
sensibilidad a la insulina debido a un
aumento en la producción de PIP3
y
por la tanto a un aumento en la
actividad de proteínas río abajo de
PI3K involucradas en procesos
relacionados con el trasporte de
glucosa.
RESISTENCIA A LA INSULINA
La resistencia a la insulina es un estado
patológico en el que las células que
ordinariamente responden a la insulina
dejan de hacerlo. Los individuos con
resistencia a la insulina están
predispuestos al desarrollo de diabetes
mellitus tipo 2 (DM2), además de
asociárseles frecuentemente con un
número importante de desordenes de
salud entre los que se encuentran la
obesidad, la hipertensión, infección
crónica y enfermedades de tipo
cardiovascular. Por lo anterior,
entender los mecanismos que
favorecen el desarrollo de la
resistencia a la insulina con el fin de
generar tratamientos que ataquen esta
condición, ha sido y seguirá siendo
tarea de muchos grupos de
investigación.
De manera general, la resistencia
a la insulina se manifiesta por una
disminución en el transporte de
glucosa inducido por la insulina en
adipocitos y músculo esquelético, un
aumento de la producción de glucosa
hepática y alteraciones en el
metabolismo de lípidos en tejido
adiposo y hepático (14-16). A nivel
molecular, los mecanismos por los que
se genera la resistencia a la insulina
pueden ser múltiples y variar de un
individuo a otro. Sin embargo, la
resistencia a la insulina es la Consecuencia de una deficiente
señalización de la insulina causada por
mutaciones o modificaciones posttraduccionales del IR o de moléculas
efectoras río abajo del mismo. En
algunos casos la resistencia a la
insulina se debe a un defecto en la
unión de la insulina a su receptor, pero
más a menudo se atribuye a
alteraciones posteriores a la unión de
la insulina, que alteran desde la
funcionalidad de su receptor hasta la
actividad de proteínas localizadas río
abajo del mismo y que desempeñan
funciones importantes en la
señalización de la insulina (1, 12, 14).
Entre las alteraciones más comunes se
encuentran la disminución en el
número de receptores y de su actividad
de cinasa; un aumento en el estado de
fosforilación en residuos de Ser/Thr
de proteínas clave como el receptor y
su sustrato; la disminución de la
actividad de las cinasas PI3K y Akt, y
defectos en la expresión y función del
transportador GLUT4 (15). De estas
alteraciones el aumento en la
fosforilación en residuos de Ser/Thr a
nivel del IR y de IRS, ha sido
considerado como uno de los
mecanismos clave en el desarrollo de
la resistencia a la insulina. Un aumento
en el estado de fosforilación de ambas
proteínas puede alterar su asociación
a otras proteínas, bloquear sitios de
fosforilación en Tyr, disminuir su
activación e inducir su degradación
(14-16).
La importancia de un aumento en
el estado de fosforilación en residuos
de Ser/Thr de las proteínas IRS
también ha sido documentado en
estudios clínicos, en donde se ha
demostrado que en hígado, músculo y
tejido adiposo de pacientes obesos
(tejidos que desempeñan un papel importante en el desarrollo de la
resistencia a la insulina), la expresión
de las proteínas IRS-1 disminuye
alrededor del 54%, y este aumento en
la degradación de IRS puede estar
dado por un aumento en la
fosforilación de IRS en residuos de
Ser/Thr.
Varios agentes y condiciones
metabólicas han sido implicados como
inductores de la resistencia a la
insulina. Los más comunes son los
ácidos grasos libres y sus metabolitos;
el factor de necrosis tumoral-α (TNFα) y otras citocinas; hormonas
catabólicas como la epinefrina, el
glucagón y la angiotensina II y
hormonas secretadas por el tejido
adiposo como la resistina. De esta
forma parece que la resistencia a la
insulina es consecuencia de la acción
de una multitud de diferentes
inductores. Por ejemplo, el incremento
en la concentración plasmática de
ácidos grasos libres se encuentra
asociado con muchos estados de
resistencia a la insulina, incluyendo
obesidad y DM2. En humanos, el
contenido y composición de
triglicéridos y fosfolípidos en músculo
correlaciona directamente con la
presencia de resistencia a la insulina.
Inicialmente, el incremento en la
concentración plasmática de ácidos
grasos libres, induce resistencia a la
insulina por la inhibición del
transporte de glucosa estimulado por
la insulina, que es seguido por una
reducción en la síntesis de glucógeno
en músculo y la oxidación de la
glucosa. Estudios a nivel molecular
han determinado que el incremento en
la concentración de ácidos grasos
libres puede llevar a cambios en la
expresión del IR y alterar, tanto la
unión de la insulina con el receptor como el estado de fosforilación de su
dominio de cinasa. Así mismo, pueden
inhibir la activación de la enzima PI3K
dependiente de IRS-1. La inhibición
de la PI3K por los ácidos grasos libres
ha sido asociada a un aumento en la
fosforilación en residuos de Ser/Thr
del IRS-1. Recientemente se ha
descrito que los ácidos grasos libres
también pueden alterar la activación
de Akt debido a un aumento en la
cantidad de ceramida y diacilglicerol
en células musculares en cultivo (16).
CONCLUSIONES
En la presente revisión se han
abordado los principales mecanismos
de activación y de regulación de la
señalización de la insulina, y se ha
presentado un panorama general de
uno de los principales factores
involucrados en el desarrollo de
enfermedades como la DM2, la
obesidad y la hipertensión: la
resistencia a la insulina. Esta, nos es
más que la incapacidad de la insulina
de ser reconocida y/o de generar una
respuesta intracelular adecuada por
fallas en su transducción de señales.
Comprender los mecanismos
moleculares involucrados en las
acciones de la insulina y en el
desarrollo de la resistencia a la
insulina es importante para el
desarrollo de nuevas herramientas
terapéuticas en el tratamiento de estos
desordenes.
AGRADECIMIENTOS.
Los autores agradecen al CONACYT
por el apoyo recibido (JAOR, proyecto
de investigación No. 48777; AAP,
becaria CONACYT No. 169944).
También agradecen a la DG Norma
Cirnes por su ayuda en el diseño de
las figuras.
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